EL HOMBRE DE LA MASCARA DE
HIERRO:
un comentario sobre la fidelidad histórica de la película.
En Historia se nos cuenta que, en Francia
en el siglo XVII, hay un monarca absolutista, es decir, que los poderes se
concentran en él. Esto se observa en los ejércitos, el clero, los
nobles... En efecto, en la película el Rey hacía lo que se le antojaba,
como mandar la comida a los ejércitos y no al pueblo, elegir a capricho la
compañía de su Corte, etc.
El Rey al tener el poder absoluto, derrochaba el dinero del pueblo
en sus lujosas fiestas. Las consecuencias fueron numerosas revueltas populares,
debido a las grandes desigualdades entre privilegiados y resto de la población. El Palacio de Versalles se muestra como referencia de la ostentación
de su reinado.
El monarca tenía derechos divinos, es
decir, que si pecaba no le pasaría nada e iría al cielo porque Dios le puso en
ese lugar. En la película lo menciona cuando está con una mujer y ésta le dice
que le ha mentido y que ambos irán al infierno. El Rey, furioso, exclama que él
NO, “por la Gracia de Dios”.
El Rey podía detener, encerrar, matar...
cuando él quisiera, es decir, había detenciones arbitrarias y nadie le podía
replicar. Todavía no existía la Ley del habeas
corpus.
Sin embargo, en la película encontramos partes
ficticias, como la existencia de un hermano gemelo (Luis XIV tenía un hermano
pero dos años menor que él) y la trama que se genera a partir de él.
Y el Hombre de la Máscara de Hierro, ¿existió
realmente? La respuesta es…. SÍ. Pero, ¡¿quién sería?!
Máscara del año 1699 tamaño XL |
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